Hemos tomado conciencia de que, en nuestro tiempo, el Espíritu Santo invita a los cristianos laicos a vivir el bautismo participando activa, conciente y responsablemente en la misión de la iglesia.
Concientes, también, de que el carisma del padre Pavoni es un don hecho a la iglesia, misterio de comunión, reconocemos que el Señor llama a mujeres y hombres, adecuatamente formados, a compartir con nosotros el espiritu, el estilo de vida y la responsabilitá del trabajo apostólico.
Tal condivisión, que para algunos puede llegar hasta alguna forma de consagración, será fecunda si cada uno respeta y valora la vocación del otro, que es distinta y complementaria: así se realiza un autentico "intercambio de dones" que se transforma en enriquecimiento recíproco pra construir, fraternalmente unidos, el Reino de Dios. (R.V.)